El echarte en falta en mi cama esta mañana, sumado a lo que ocurrió anoche, ha provocado una fantasía nueva (o no tan nueva en realidad) en mi. Es posible que te lo haya comentado alguna vez, o no, pero la cuestión es que quiero compartirla contigo, igual que comparto tantas otras cosas. Igual no te gusta la fantasía, y si es así me lo dirás, pero a mi me da mucho morbo y quiero contártela.
Estamos en la cama, los dos juntos, desnudos. Tú estás apoyada contra el cabecero, con las piernas abiertas. Yo sentado a los pies, en sheiza delante de ti, los dos sobre el colchón, pero a cada lado de la cama. Tú te estás masturbando para mi, yo para ti. La visión de tus dedos abriendo bien tu coño con una mano, y con la otra acariciándote un clítoris que puedo ver bien hinchado, hace que mi polla crezca en mi mano de forma considerable. Con la otra me acaricio los huevos.
Es una visión que me provoca un morbo enorme. No sé quién de los dos se correría primero, ni si aguantaríamos tanto como para llegar a corrernos así, sin tocarnos (probablemente no), pero... ¿no te gustaría intentarlo? Imagínatelo. Si llegáramos a corrernos así estaría bien, pero ¿y si no?
Bueno, pues si no, quizás podría ocurrir algo así. En el momento de más excitación de los dos, tal vez justo cuando empiezas a pedirme que te folle, entonces me levantaría, tomaría tus manos y te esposaría a la cabecera de la cama. Sería un buen momento para comerte las tetas de esa forma, cuando las tienes bien erguidas por la posición. Te las magrearía, pellizcaría tus pezones, los mordería con fuerza.
Luego bajaría deslizando mi lengua hasta tu monte de venus, sintiendo tu respiración, aspirando el aroma de tu coño, ya empapado, para lamértelo a continuación, provocando en ti un gemido de puro placer. Volverías a pedirme que te follara, que te metiera mi polla en el coño, pero sabes que aún no lo voy a hacer. Quiero disfrutar de comerte ese coño hambriento, de recorrer cada rincón con mis labios y mi lengua.
Cuando estoy harto de comértelo, y mi verga ya no aguanta más, te cojo de los tobillos y separo tus piernas con mis manos, apoyo mi polla contra tu entrada, y de un solo empujón te la meto hasta el fondo, arrancándote un gemido y haciéndote temblar. Me quedo unos instantes, disfrutando de las contracciones involuntarias de tu coño. Luego empiezo a bombearte, y mientras lo hago disfruto de tus jadeos, y de tus tetas, que se mueven de arriba a abajo con cada embestida.
Estás en una buena posición para que te frote el clítoris con los dedos mientras te follo, y eso es lo que hago, sin parar en ningún momento, hasta que tu orgasmo se propaga por la habitación, y en mi polla, que te sigue follando, noto el calor de tu corrida. Sigo haciéndotelo, cada vez más despacio, hasta que tu respiración vuelve a su sitio.
Continuará...
No te lo creerás pero ésa es una de mis fantasías sexuales: masturbarme con alguien a mi lado que se masturbe también, mirándonos, deseándonos, deseando acabar para luego alcanzarnos y a la vez deseando alargar aquel instante el máximo posible.
ResponderEliminarSi luego el final es como lo cuentas, ya ni te cuento.
Belkis: No te puedes hacer una idea del morbo que da.
ResponderEliminarBueno yo me he imaginado la secuencia y he tenido que masturbarme mirandome a mi misma, pero me ha dado morbillo.
ResponderEliminarBesazos!!!!!!!!!!
no esta nada mal!
ResponderEliminarAmor: Nada, nada, mal hecho, eso tiene que ser acompañada ;-)
ResponderEliminarDiario de nuestros pensamientos: Gracias :-)
Me apunto a esa fantasia. Pero tendría que elegir a mi acompañante.
ResponderEliminarVaya... Qué excitante!!
ResponderEliminarUn beso desde mis Amanteceres.
Maruxela: Te lo vas a pasar de miedo, garantizado.
ResponderEliminarAmanteceres: Otro beso para ti.