Anteriormente en Polvos mágicos...
Una habitación anónima. Acabas de llegar y tu amante duerme. Decides proporcionarle un despertar inolvidable.
Ella gira la cabeza en la cama, aún adormilada, y te dedica una sonrisa a medio camino entre el sueño y la lascivia. Sientes que tus ingles quieren explotar, locamente excitado por su aceptación tácita de la interrupción del sueño. Sus nalgas siguen presionando tu polla con latidos rítmicos y empiezan a frotarse contra ti, lentas y suaves.
La agarras de la cadera y le aprietas aún más, si cabe, la polla contra el culo. La sonrisa de ella se ensancha y sus movimientos se adaptan a tu exigencia con toda su colaboración. Empiezas a sentir deseos locos corriéndote por las venas y de repente no puedes soportar verla así. Le sobra todo: las bragas, el salto de cama, casi hasta la sonrisa. No la quieres en calma. La quieres jadeante, gimiente y sudorosa, enrojecida por el placer y el esfuerzo de su búsqueda. Quieres oírla decirte todas esas cosas que te ponen a mil de forma entrecortada por la excitación. Quieres que pierda el control en tus manos.
Te echas sobre ella, aplastándola boca abajo sobre la cama, y la agarras de las muñecas. Con rapidez, le retuerces los brazos a la espalda y se los sujetas bien. No le haces daño, pero en tu presa hay la firmeza exacta para demostrar quién manda. Sus ojos dilatados por la sorpresa, líquidos y oscuros, te miran con fijeza.
Agarrándola de esas muñecas finas y fuertes que no hacen ademán de escapar, la pones de rodillas, con el pecho aún sobre el colchón, y empiezas a frotarte contra sus nalgas marcando fuerza y ritmo. Con la mano que tienes libre, buscas por debajo de sus bragas y empiezas a palpar, frotar, pellizcar, cachetear y hasta hurgar en su interior. Te sonríes porque la encuentras húmeda y empiezas a trabajarla en serio.
Ella suspira y la sientes estremecer. Con la atención dividida entre tu entrepierna y la suya, tratas de concentrarte en su clítoris sin dejar de restregarte contra su culo. Se lo frotas con movimientos firmes, aunque suaves, y avanzas con tus dedos hacia su entrada íntima, pero no llegas a trasponer el umbral. Repites la jugada una y otra vez, hasta que la notas tensa y ansiosa bajo tus manos. Empieza a jadear y te sientes el amo.
Con un movimiento brusco y fluido, le apartas las bragas y se la metes de una sola embestida. Da un grito de sorpresa y placer y luego gime. Se aprieta contra ti y empieza a rotar las caderas para sentirte mejor.
Le das un tirón de las muñecas y se detiene en seco. Hoy no quieres su iniciativa. Hoy la quieres sumisa y, de un modo u otro, la tendrás.
Empiezas a embestir dentro de ella, con golpes cortos y secos, los que sabes que la enloquecen. Un largo jadeo le sale de la garganta a pesar de ella misma, puedes verlo, y los ojos se le cierran. Empieza a animarte con susurros, diciéndote auténticas obscenidades que te encienden cada vez más. Con una leve indicación de tus manos, le señalas que empiece a moverse a tu ritmo y le falta tiempo para obedecer. Sus jadeos suben de tono y volumen. Los tuyos están empezando a acumularse en tu garganta.
Esa mano libre y ociosa se entrega a los juegos del diablo y se encamina a sus pechos. Sus pezones están erectos y te regala un nuevo rosario de impudicias entrecortadas mientras se los acaricias y pellizcas con suaves tironcitos.
Notas que la presa de su autocontrol desaparece. Sus muñecas estiran contra tu mano y te obligan a usar las dos para sujetarla. Sus caderas aceleran el ritmo en torno a tu dureza de carne y te llevan peligrosamente cerca del orgasmo. Con un esfuerzo que para ti es brutal, sales de ella y la empujas hacia abajo con tus manos. Ella grita de frustración, pero en seguida su voz se vuelve a ti, suplicante.
La mantienes acostada a la fuerza, sintiendo entre tus piernas tu polla palpitante y ardiente, pero te niegas a ceder a los deseos de ninguno de los dos. Poco a poco, ella se queda quieta, aunque no deja de suplicarte con la voz y con los ojos.
Continuará...
Cariño, has conseguido que me encoja de placer. Ya estoy deseando leer esa tercera parte. Te echo de menos cielo.
ResponderEliminarMe alegro de que te haya gustado, Torre. Yo también te echo de menos, ¿no lo lees en el post?
ResponderEliminarTe quiero.
Uff, lo has descrito tan bien que ha sido como vivirlo.
ResponderEliminarLlega la navidad!!!!!!!!!!
ResponderEliminarQue calentura me empieza a entrar,
Todo decorado de rojo,
El color de la sensualidad.
Esta noche será intensa,
Cena,
Bebidas,
Y como no………
En la cama lo voy a celebrar.
Voy a darle un repaso al camasutra,
Y un buen repaso a mi me van a dar,
Esta noche es noche de sexo,
Ya que en mis recuerdos tendrá que quedar,
Una navidad 2010,
Que el próximo año,
Sea difícil de mejorar.
Os invito a todos a mi humilde lupanar,
Ofrezco caricias y buen sexo,
Ya ustedes me contaran,
Si quieren compartir junto a mi,
Una inolvidable NAVIDAD.
Por ahora os dejo caricias y besos,
Y para el quiera algo mas………
Que venga vestido/a de rojo,
Y con ganas de triunfar,
Esta noche en mis jadeos,
Os deseo a todos,
Ohhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!
UNAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
AHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!!
FELIZZZZZZZZZZ NAVIDADDDDDDDD.
Llega la navidad!!!!!!!!!!
ResponderEliminarQue calentura me empieza a entrar,
Todo decorado de rojo,
El color de la sensualidad.
Esta noche será intensa,
Cena,
Bebidas,
Y como no………
En la cama lo voy a celebrar.
Voy a darle un repaso al camasutra,
Y un buen repaso a mi me van a dar,
Esta noche es noche de sexo,
Ya que en mis recuerdos tendrá que quedar,
Una navidad 2010,
Que el próximo año,
Sea difícil de mejorar.
Os invito a todos a mi humilde lupanar,
Ofrezco caricias y buen sexo,
Ya ustedes me contaran,
Si quieren compartir junto a mi,
Una inolvidable NAVIDAD.
Por ahora os dejo caricias y besos,
Y para el quiera algo mas………
Que venga vestido/a de rojo,
Y con ganas de triunfar,
Esta noche en mis jadeos,
Os deseo a todos,
Ohhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!
UNAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
AHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!!
FELIZZZZZZZZZZ NAVIDADDDDDDDD.
Me gusta su estilo... bien en lo vivido y en lo deseado.
ResponderEliminarAbrazos!!!