sábado, 1 de octubre de 2011

Dulce tortura

Anoche me acosté contigo, en el sentido más literal de la palabra. Hemos dormido juntos, con sueño, pero sin sueños. Me he sentido tuyo completamente, y has sido mía, sin más. No hicimos el amor, no follamos (en parte por lo que te empeñaste en llamar "la maldición femenina", y en parte porque no estábamos solos), pero no fue necesario. Sentir tu cabeza apoyada en mi hombro, y tu mano en mi pecho, me bastó.

Pero mentiría si te dijera que no te he deseado absolutamente durante toda la noche, si te dijera que en cada caricia que te di (te gustó el masaje, ronroneabas como una gatita) no puse cada gramo de excitación, si te contara que cada vez que toqué tus tetas, cuando sentí tus pezones duros ante mis dedos, no tuve que contenerme para arrancarte las bragas, sin importarme nada de lo anterior, y meterte mi verga en lo más profundo de ti. Te estaría mintiendo si no admitiera todo eso.


Esta mañana, para colmo, me traicionó esa mala costumbre que tiene mi rabo de despertar antes que yo, y montar su campamento debajo de las sábanas. Lo has tocado sin querer, estuvo apoyado contra tu antebrazo un rato, y yo sin querer moverme, sólo por poder estar un rato así. No creo haber puesto nunca tanta fuerza en mi autocontrol. Te he querido hacer mujer esta mañana de mil maneras, y en todas ellas quise demostrarte que soy tu hombre, y que nada puede cambiar eso, excepto tú.

Esta noche te necesito. Quiero tenerte entre mis brazos, estar entre tus piernas, y hacerte gritar de placer. Quiero comerte las tetas hasta hartarme, quiero follarte hasta que me supliques que pare porque no puedes más. Quiero trabajarte entera, como sea, y sacar a la puta que llevas dentro, y colmarla de placer, esta noche, si tú me dejas, amor.

Podría contarte, como he hecho mil veces, y como seguiré haciendo, cómo me imagino follarte. Pero esta vez no lo voy a hacer. Esta vez quiero que cierres los ojos y lo imagines, quiero que de repente sepas que no hay nada que yo quiera más que dártelo todo, sin dejarme nada. Quiero que jamás quieras alejarte de mi, y que me busques, a partir de ahora, para exigirme el mejor sexo que pueda darte, y demostrarte, también así, de que manera puedo amarte.

Sé que ya lo sabes, y sé que sientes igual. Hoy va a ser diferente, muy diferente, hoy quiero que sea mejor aún. Ojalá hoy podamos, de verdad que ojalá hoy podamos.

10 comentarios:

  1. Deseos que se hacen realidad cuando los cuerpos se funden en caricias dejando que la noche los acune entre sus sombras.
    Gracias por tus palabras y tus visitas a mi rincon.

    Besos.

    Lunna.

    ResponderEliminar
  2. Amorosamente erótico. Va un suspiro en su honor.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  3. ainsssssss... como te entiendo.... me ha encantado este post....

    No hay nada como esto, un placer tenerte de visita...

    Seguro... tus sueños s eharán realidad...

    Besos dulces y feliz semana

    ResponderEliminar
  4. Esta noche ámame con rabia y locura. Mi boca está sedienta de ti.
    El rabo detrás mío e inofensivo, acariciando mi piel .Muy bonito

    ResponderEliminar
  5. Me encanta!!!! Y sobre todo por esa ansiedad que despierta el no saber cómo, cuándo y dónde la tomará, y así producir la imaginación más erótica y excitante... Además esa promesa que va a ser diferente!

    Reciba mis saludos, envío los vientos de mi costa para su molino...

    ResponderEliminar
  6. Consuella: Gracias amiga.
    iara: Se hicieron a la noche siguiente.
    Maruxela: Tu comentario también lo ha sido.
    algamarina: Vientos recibidos ;-)

    ResponderEliminar
  7. Querer es poder, así que seguro volverá a ser una noche de entrega de sueños, de momentos que calan en la piel y que permanecen eternos.
    Preciosas tus letras.
    Besos y susurros con calidez

    ResponderEliminar
  8. http://dulcecaosves.blogspot.com/
    (Disrutalo)

    ResponderEliminar
  9. Yemaya: Así es. Y sí, volvió a serlo. Besos.

    ResponderEliminar

Related Posts with Thumbnails