lunes, 10 de octubre de 2011

Déjame que te ate (y II, fin)

La imagen que tengo ante mi es deliciosa. Tu cuerpo completamente rodeado de cuerda, tus manos engrilletadas detrás, tu mirada lasciva... Mi polla está enhiesta ante todo esto. Desearía follarte en ese mismo momento y descargarme en tu interior, pero la fiesta tiene que durar.

Me acerco hacia ti, aún con la fusta en mi mano, y vuelvo a acariciar tus pezones con ella. Están apretados con la cuerda. Duros, los chupo, los muerdo de nuevo, y gimes cada vez que lo hago. Mis dedos han ido a tu coño y estás mojando la cuerda. Aprieto mi polla contra ti.

-Arrodíllate.

Te pones de rodillas. Mi polla queda ante tu cara, y en seguida la engulles, empiezas a mamarla como una posesa.

-Despacio zorra, hazlo durar.

Me la mamas más despacio. Echo mi cabeza hacia atrás, sabes bien cómo hacerlo. Te follo la boca, despacio. Pero si sigo así voy a correrme, y aún no quiero. Te la saco y te ofrezco mis huevos. Los lames. Me abro un poco para que puedas llegar más atrás. Tu lengua se desplaza por ellos con maestría. Me estás dando un placer extremo. Sigues lamiendo, no pareces cansarte nunca, y yo disfruto de la fiesta.


Vuelvo a meterte mi rabo en la boca, y lo vuelves a lamer como la puta experta que eres. Estoy a punto de correrme, pero no quiero hacértelo en la boca, así que la saco. Quiero ver a mi perra bañada con mi leche, al menos por una vez. Nunca lo hago así, nunca lo he hecho, pero esta vez quiero verlo, quiero ver hasta qué punto te entregas a mi.

-Cierra los ojos.
-Sí, amor. Lo que tú digas -respondes.

Vuelvo a ofrecer mis huevos y me los comes como nunca.

-Sigue así, ufff, no se te ocurra parar ahora, voy a correrme en tu cara.

No sé si eso de repente te ha excitado especialmente, pero empiezas a comérmelos de forma diferente, como si fuera lo último que quisieras hacer en la vida. Entonces siento mi orgasmo acercarse, noto cómo los huevos, dentro de tu boca, se ponen en erupción, y la leche brota de mi llenándote la cara, espesa, caliente, y tú que no paras de lamerme los huevos, es algo indescriptible.

Termino acariciándote la cara, esparciendo mi leche por ella con la verga. Aún sale un poco. Y cuando estoy totalmente satisfecho, bajo y te beso, de la forma más dulce que puedo inventar. Entonces me acerco a tu oído.

-Cariño, esto aún no ha terminado. Voy a hacer que te corras como una perra.

Me sonríes.

Cojo una toalla y la mojo con agua. Me acerco a ti, y tras observar con satisfacción tu cara bañada con mi leche, empiezo a limpiarte con cuidado. Te limpio la cara con todo el amor que puedo, de la forma más suave. Pero a conciencia, quiero que te sientas muy limpia para mi, en cuerpo, y muy muy sucia en alma, por supuesto.

Te ayudo a levantarte, y te desplazo al sofá. Te obligo a abrir bien las piernas, y empiezo a lamerte el coño como nunca. Mi lengua va de tu coño a tu culo, y vuelta a empezar. Te arranco gemidos hasta que empiezas a increparme.

-Quiero tu polla, quiero que me folles, fóllame por favor...
-Aún no estoy listo, disfrútalo mientras tanto. 

Aunque sabes perfectamente que eso me sigue excitando, y que cuanto más excitada te sepa, más cachondo me iré poniendo yo. Pero quiero tenerla bien dura cuando te penetre, y quiero tenerte bien bien mojada cuando lo haga. Quiero que te corras con mi polla dentro, que sueltes todo ese líquido cuyo calor me encanta sentir en mi rabo.

Cojo el vibrador pequeño, es apenas más grueso que dos de mis dedos, y empiezo a hacerte el culo, mientras no dejo de lamerte el coño, y de meterte mis dedos en él. Te estás volviendo loca, pero cuando he conseguido meterte el vibrador en el culo, lo enciendo, para que lo sientas moverse dentro.

Luego cojo el vibrador grande, y empiezo a follarte el coño con él, mientras mi lengua juega con tu clítoris. Empiezas a gritar.

-SÍ, SÍII, QUÉ GUSTO CABRÓN, QUÉ GUSTO...

No paro, y mi polla empieza a ponerse dura de nuevo, sólo de verte así. Sigo haciéndotelo de esa forma, hasta que empiezas a chorrear, y en ese momento, cuando mis manos ya están empapadas de ti, saco el vibrador y coloco mi polla en su lugar. Tu gemido hace que la dureza de mi rabo se incremente aún más, y empiezo a follarte con fuerza, como a ti te gusta, y no paro hasta que empiezas a quedarte sin respiración, y entonces me dices:

-Mmmm, me estoy corriendo amooorrrr...

Y sigo, y sigo embistiendo.

-Para, ya, por favor...

Te saco el vibrador del culo, pero dejo mi polla en tu interior, y te beso, dulcemente. Te observo con los ojos cerrados, y te dejo con la sonrisa en la boca, hasta que abres los ojos y me miras.

-¿Te desato ya?
-Sí.

12 comentarios:

  1. Eso es saber utilizar bien las cuerdas..
    Ardiente post.
    Besos y susurros cálidos

    ResponderEliminar
  2. Sin palabras!

    Hermosa lectura para una tarde de domingo en la cama...

    Reciba mis saludos con todo mi respeto...

    ResponderEliminar
  3. luna: Gracias, besos.
    algamarina: Sólo para los domingos?
    diario: :-)

    ResponderEliminar
  4. Hacía un tiempito que no leía tus entradas, veo que al calor de las cuerdas has apagado a un ritmo frenético tu un inmenso placer... poseer a tu chica hasta que logre trasladarte a otro lugar aún mas inolvidable, me ha gustado retomar la lectura en tu blog, dejo besitos para ti y para tu chica.

    ResponderEliminar
  5. Vaya, cómo se te dispara ( la imaginación) con la cuerda ( en la pentrepierna).

    Besos

    ResponderEliminar
  6. alexia{All}: Gracias amiga, es un placer tenerte aquí.
    susana moo: Sí, es verdad, besos.

    ResponderEliminar
  7. Me ha gustado , lo de cariño esto aún no ha terminado .Te limpio la cara con todo el amor que puedo y de forma suave, estuvo muy bien

    ResponderEliminar
  8. Maruxela: Que haya un sexo tan salvaje no excluye a la dulzura.
    Consuella: Gracias :-)

    ResponderEliminar

Related Posts with Thumbnails