lunes, 27 de junio de 2011

El placer de tenerte en mis sueños

Anoche tuve unos sueños rarísimos. Sí, ya sé que los sueños casi siempre son raros, pero esta noche me han parecido más de lo normal. Vuelvo a repetir lo del otro post; no sé si será cosa de hormonas (las que vamos dejando en el coche), que estoy enfermo (porque pienso todo el día en lo mismo), o que cené un poco fuerte. La cuestión es que ahí están los sueños.

Otra de sus rarezas, que no suele ser normal en mi, aunque no es la primera vez que me pasa, es que me despierto varias veces durante la noche, y cuando vuelvo a dormirme lo continúo. O al menos eso me parece, y para mi es como si fuera así, porque no percibo lo contrario. Incluso me doy cuenta de ello cuando despierto por la mañana.

Por supuesto no lo recuerdo totalmente, sino de forma parcial. Y seguramente haya fragmentos que, al quedarme en blanco, supongo que el cerebro habrá recompuesto a la necesidad de la "historia", sin que los haya soñado de verdad. Eso me suele pasar cuando me empeño en recordar cierto sueño, y cuando casi está a punto de escapárseme, de repente empiezan a rellenarse los huecos, dándole más consistencia a los oníricos acontecimientos.


En el caso de anoche, no recuerdo cómo empezaba todo, sólo sé que iba arrastrándome por una especie de desierto, vestido a lo Lawrence de Arabia. Me arrastraba porque había una tormenta de arena, y no sé porqué, en vez de engullirme, podía arrastrarme por debajo de ella y al menos no quedarme parado. Soy consciente de que esto debe de tener algún significado, pero ahora mismo paso de analizarlo.

Poco a poco empiezo a divisar un oasis al fondo, de esos con palmeritas, un charco grande, cierta vegetación, y entonces me parece ver algo raro en una de las palmeras. A medida que me voy acercando, me doy cuenta de que es una mujer atada a la palmera. Me acerco un poco más, y resulta que eres tú, pero vestida a lo Jasmine, con velo y todo. 

Me acerco hasta estar justo delante tuya, y entonces me miras desafiante y me preguntas:

-¿Vas a tardar mucho más tiempo en follarme? No tengo todo el día, y estoy chorreando.

Claro, yo empiezo a acariciarte todo el cuerpo, te aprieto las tetas, te meto tres dedos por el coño, te hago de todo, y me suplicas que te penetre. Pero estás atada en una posición superrara, y no consigo metértela. Lo intento por todos los medios, sin éxito, y mientras tanto, el "stage background" va cambiando. Aparecen unos velos a nuestro alrededor, las cadenas que te atan a la Palmera se convierten en pañuelos de seda, que con apenas un forcejeo, consigues quitarte tú sola.

Ya no estamos en el oasis, ahora estamos en una cama, que imagino debe ser de agua, por cómo se mueve el colchón debajo nuestro. Me das la espalda, estás completamente desnuda salvo por el velo, que aún llevas puesto, y me ofreces tu culo, me suplicas que te lo folle sin compasión, y empiezo a hacerlo, cogiéndote del pelo, apretándote las tetas, dándote cachetes en las nalgas y frotando tu clítoris con fuerza. Estás gritando, me avisas que te vas a correr y siento el calor de tu corrida en mi polla.

Pero a nuestro alrededor las cosas siguen cambiando. Ahora estamos en una especie de selva, y me pongo a andar entre los árboles. Tú no te separas de mi, intentas meterme mano como desesperada, y me encanta que hagas eso, pero no me paro, hasta que la selva se va como diluyendo, y entonces se convierte en un pequeño bosque de olivos y almendros. Debe ser febrero, porque los almendros están en flor. 

Y ahora debe estar acabando la estación, porque las hojas empiezan a caer, sobre nosotros. Parece que nieve a nuestro alrededor, y mientras te aprietas contra mi, como si tuvieras miedo, primero te acaricio las mejillas, te beso los labios con toda la dulzura de que soy capaz, y de repente vuelvo a sentir esa necesidad animal. Empiezo a acariciarte las nalgas, mis manos llegan, en esa posición, de forma inexplicable, a tu coño, y lo penetro con cuatro dedos, luego te meto dos en el culo. Estamos haciendo un 69 sobre las hojas de una palmera, creo que es la que cubre parte de la piscina en mi casa, esa de las hojas anchas en acordeón. Estoy sintiendo los lametazos que me das con la lengua. 

Mi propia lengua explora tu ano, durante un rato, casi lo noto palpitar, y luego en seguida voy hacia tu coño. Atrapo tus labios con mis dientes, me pongo a lamer todo lo que rodea a tu clítoris, y cuando lo atrapo con mis labios, lo siento crecer en la boca, como muchas veces que te lo hago. Y mientras lo tengo atrapado con los labios, le doy pequeños mordiscos, y lo golpeo con fuerza con la lengua. Te oigo gritar.


Pero no te presto demasiada atención, porque de repente noto cómo tu lengua se entretiene en mis huevos, una de tus manos me pajea

Pero claro, habría que definir qué consideramos raro. Que suceden cosas imposibles, sí, pero que además son eróticos, también, que no son de este mundo, venga, vale. Todo eso y más.

Sin embargo hay algo que quiero decirte, y es que el hecho de que seas tú la protagonista de esos sueños es genial, me llenan mucho más que otros, y estoy seguro de que me alivian toda la carga psicológica que llevo durante el día, y durante el tiempo que estoy sin ti. Es cierto que al despertar me encantaría tener tu cuerpo desnudo junto al mío, y es cierto también que, mientras escribo esto, no anhelo más que tenerte a mi lado, abrazada a mi, con tu cabeza en mi pecho, como a veces, y simplemente sintiéndote ahí. Es una de las mejores sensaciones que puedo vivir.

2 comentarios:

  1. Uffff, pedazo de sueño!
    Yo no sé analizarlos pero parece que en este se vislumbra claro que os deseáis, que os poseéis, y que poco importa lo que haya alrededor vuestro o que eso sea cambiante o no; nada va a cambiar las ganas que tenéis el uno del otro.
    Si alguien tuviera esos sueños conmigo y encima los escribiese tan bien, creo que me correría sólo leyendo. Enhorabuena!

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  2. Belkis: Gracias amiga, me encanta saber que eso es lo que provocamos.

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