lunes, 11 de junio de 2012

¿Por qué cada vez es más?

Esto que voy a decir es algo que ya sabes. Podría parecer que lo digo para motivarte o algo así, o para que pienses que paso todo el tiempo pensando en ti. O no sé para qué. Pero no es verdad. Lo cierto es que intento masturbarme pensando en otras, pero al final eres tú, siempre, con la que mejor me lo paso, incluso mentalmente. 

A veces lo he comentado con otros tíos, sí, lo he hecho. Y no hay ni uno que me haya dicho que le pase con su pareja (tampoco he hecho una encuesta a nivel nacional ni nada, pero se lo he preguntado a tres, que certifico que entran dentro de la media).

Te voy a poner un ejemplo que no sé si te va a gustar, pero es bastante descriptivo. 


Últimamente las azafatas que vienen en los vuelos que cojo no son gran cosa, la verdad. Pero ayer, justamente, venía una de estas que te hace pensar "¡ostia, qué polvo tiene esta tía!" (sí, los tíos somos así de gilipollas, supongo), y justo después te hace llevarte las manos a la boca, porque te ha pillado tan de sopetón que no sabes si lo has dicho en voz alta o sólo lo has pensado.

La cosa es que lo intenté, como hago otras veces (por probar, ya me he dado por vencido, lo tengo asumido y además me encanta). Me fui a la cama, en la que duermo siempre en pelotas, y ahora en verano encima de las sábanas, con la calor que hace, y ahí, mirando al techo, con las manos en la nuca, estaba pensando en ti. Pensaba en lo que habíamos hablado por teléfono, en tu post, en las ganas que tenía de estar contigo. Y sí, también deseé tenerte ahí en ese momento con muchísimas ganas. Así que ahí estaba también una erección de las mías, de las nocturnas. Ya las conoces porque las has tenido alguna vez pegadas a ti toda la noche.

Pero decidí que intentaría masturbarme con la azafata y no contigo. Traté de imaginarme una situación con ella, no sé, quizás en el baño del avión, o quizás al bajar yendo a un hotel... Se me ocurrieron un par, pero al momento, a la que me follaba en el baño del avión, o en la habitación del hotel, era a ti. Paré, me sonreí, y continué, ya sin pensar en otra cosa que en ti.

Recordé aquel fin de semana de hotel, nosotros dos solos, con todas aquellas horas en las que no teníamos que rendir ante nadie más que nosotros. Para hacer lo que quisiéramos. Jugamos, nos lo pasamos genial, y follamos. Tenía pensado que fuera de otra manera, pero así ya estuvo bien, muy bien. Pensé en cómo sería la próxima vez, y en que el plan que tuviera esta vez lo seguiría hasta el final, sabiendo que además, de esa manera, lo vas a disfrutar muchísimo más, y yo, claro.

Sólo imaginando esa situación, lo que voy a hacerte, cómo (en otro post quizás), tuve un orgasmo de muerte, estupendo, como nunca. Y fuiste tú, de nuevo, otra vez. Cómo no. Fabuloso.

No sé cuándo nos tocará. Cuándo podremos volver a estar juntos. Estoy ansioso, la verdad. Tengo muchas ganas de tenerte otra vez desnuda, para mi, follándote a saco, poder atarte las manos, vendarte, que no sepas qué te voy a hacer, crearte incertidumbre, y excitarte cada vez más, para conseguir arrancarte un orgasmo y hacerlo mío. Beberte, comerte..., y dártelo todo. Como antes.

Me da la impresión de que se me va a hacer eterno.

6 comentarios:

  1. Bueno, halaga oír eso de quien comparte tu cama.

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  2. Y es que hay cosas que no se pueden evitar, las llevamos grabadas a fuego en la piel y en el Alma...

    Precioso texto.

    Un beso desde mis Amanteceres.

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  3. Como me alegro de ver que a pesar del tiempo transcurrido seguís tan enamorados y tan ardientes como siempre.
    Todo un placer pasar a leerte...

    Mil besitos corazón,

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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