domingo, 10 de junio de 2012

Hola

Hola. 

Supongo que os preguntaréis por qué no he dicho nada hasta ahora, y, ya puestos, la razón de que mis intervenciones en el blog sean tan escasas. En realidad, es simple, aunque difícil de explicar. Supongo que la forma más rápida de decirlo es que soy tímida, pero eso no es del todo cierto ni exacto. No soy tímida, pero sí soy reservada, y me cuesta mucho romper esa costumbre. Es una especie de ley del silencio escrita a fuego en toda yo.

Y, también, está mi costumbre de estructurar cuidadosamente lo que escribo, aunque sólo sea para que resulte algo comprensible, no un batiburrillo de palabras sin sentido. Si escribo tal cual hablo, la ausencia de gestos y entonaciones directamente lo convierte en un galimatías, así que le doy vueltas a lo que quiero decir y a la mejor forma de decirlo, para que sea comprensible a la vez que congruente conmigo misma. No es una tarea complicada, o demasiado complicada, pero sí lo es si a la vez debo superar mi omertá particular.

Una vez explicado esto, supongo que querréis saber lo que ocurrió entre Torrevientos y yo.
Pues eso es más difícil de decir. Torre y yo nos queremos, pero todo el mundo tiene circunstancias y algunas son más problemáticas que otras. A veces, esos problemas son superables y otras no. Otras veces son nuestras propias actitudes ante esos problemas lo que realmente crea la dificultad. 

Y, como siempre, lo más difícil siempre es enfrentarse a uno mismo y mirar lo que hay detrás de esa actitud que crea dificultades y empuja a una pareja que se quiere a romper y separarse.

No voy a enumerar ahora los hechos. Torre los conoce y yo también, y ambos sabemos por qué hemos actuado de un modo y no de otro. 

Dicho así suena misterioso, y no debería serlo. Así que lo diré claramente: el problema fueron nuestros hijos, los suyos y los míos, y su modo de relacionarse entre sí, que era el de perros rabiosos. Es lógico que cada uno de nosotros haya defendido a su hijo, pero también hubo otras circunstancias que no supimos o no quisimos arreglar. Nuestras respectivas familias también tenían su prolongado granito de arena y nosotros nos sentíamos presionados, por nuestras familias, por nuestros hijos y por nuestras respectivas maneras de ser.

Aquello creó una masa crítica que tenía que explotar. Y explotó. Y rompimos.

En su último post, Torre comenta que nunca le había dolido tanto romper. A mí me gustaría decir que a mí también, pero a mí me había dolido antes, cuando veía lo que ocurría y proyectaba en mi mente adónde conducía eso, y verlo me llenaba de rabia y frustración. Fueron momentos muy duros para los dos y la ruptura fue la consecuencia inevitable de todo ello.

Cuando me iba a dormir, oyendo a Torre en la misma habitación, repasaba en mi mente lo ocurrido durante el día y se me llevaban los demonios. Me ponía frenética y me daban ataques de ansiedad que hoy todavía arrastro. Veía lo que habíamos hecho mal y decidía cómo poner remedio, pero al día siguiente nuestros hijos se superaban a sí mismos y lo ponían aún más difícil, cometíamos más errores y nos separábamos cada vez más. 

Fue una semana, pero fue un maldito infierno.

Rompimos nada más volver.

Me estoy poniendo enferma sólo de recordarlo.

En cualquier caso, las costumbres, buenas o malas, se resisten a morir, y Torre y yo hemos sido amigos desde hace casi veinte años, que se dicen pronto. Seguimos manteniendo contacto. Nos llamábamos, hablábamos, nos contábamos cómo nos iba...

Es difícil olvidar el amor cuando sigues haciendo lo mismo que hacías antes, aunque ahora ya no hubiera tórrido sexo entre nosotros.

En resumen, han sido dos largos meses de reajustes emocionales que, seguramente, todavía no han acabado. Yo, por mi parte, he alcanzado un nuevo equilibrio, una paz interior propia que me ha sacado de mi depresión, aunque la ansiedad siga diciéndome que esto no ha acabado.

Porque no ha acabado. Como he dicho antes, Torrevientos y yo nos queremos. Así que hemos hablado y hemos tomado una decisión. 

Lo que tenemos es demasiado bueno y demasiado importante, demasiado intenso como para echarlo por la borda simplemente porque nuestros hijos son niños.

Así que aquí estamos de nuevo, juntos otra vez y listos para comernos todo cuanto nos pongan por delante, incluyendo a nuestros hijos (vuelta y vuelta digo yo que no estarán mal). 

Volvemos a tenernos el uno al otro y lucharemos por lo que tenemos. Salga como salga, ganaremos seguro, aunque volvamos a romper y esa vez sea definitivo, porque no nos habremos dejado vencer.

De modo que ¡alegraos! Volverá a haber posts de amor, sudor, jugos vaginales, pollas duras y pezones erectos. 

Y, lo mejor de todo, no serán sólo posts.

Besos a todos vosotr@s, lector@s nuestr@s.
NoStepBreeze.

6 comentarios:

  1. Me alegro mucho por vosotros. Y también por nosotros, por los que seguíamos este blog ávidamente! Enhorabuena!

    ResponderEliminar
  2. Lo leí ayer en el aeropuerto, faltando nada para embarcar. Por la noche me dijiste que si hablábamos un rato, y estuve a punto de decirte que igual podríamos conectarnos, pero el fin de semana ha sido intenso, como todos los que paso con los niños, y estaba muy cansado. Aún así, en la cama volví a leerlo, esta vez más calmado, y lamenté no haber tenido esa charla contigo.

    Sabes que no creo en el destino y todas esas cosas, pero estoy empezando a plantearme que hay algo que nos va llevando continuamente a estar juntos. Pasó hace muchos años, pasó hace dos, y sigue pasando ahora. Hay algo que nos lleva a hacer el camino de la mano, y que si nos pone tantas dificultades es quizá para probarnos, y ver si merecemos de verdad esto.

    Digo yo que será eso, y si no me da bastante igual. La cuestión es que te sigo queriendo, te sigo deseando, creo que incluso más aún. Ya veremos. Tengo ideas para renovarnos, y pienso llevarlas a cabo ;-)

    ResponderEliminar
  3. Os felicito a los dos por esta decisión y os deseo mucho, mucho amor, lo merecéis...

    Muchos Besitos desde mis Amanteceres.

    ResponderEliminar
  4. Me alegro muchisimo de que hayan tomado esta decision, cuando he visto que habia entradas nuevas en el blog, se me dibujo una sonrisa, porque este blog me encanta y es que siempre ha transmitida muy buena vivra, gracias por volver chicos, espero que todo se solucione, se que muchas veces los hijos no facilitan las cosas en una relacion, pero paciencia, poco a poco se daran cuenta que tendran que aceptarlo les guste o no, no les permitan que dirijan sus vidas, los niños deben adaptarse a la vida de los padres y no viceversa, nosotros somos los educadores no ellos, mi hija no traga a la mujer de su papa, pero no le ha quedado otra que tragarsela, por mas dificil que les ha hecho la vida, poco a poco se ha ido rindiendo a la evidencia de que su padre no la va a dejar porque a ella le caiga mal, es su mujer y lo seguira siendo mientras su padre asi lo decida le guste a mi hija o no

    Rebienvenidos, me encanta tenerles de vuelta

    ResponderEliminar

Related Posts with Thumbnails