¿Y si...?

Ya sabes que estoy bastante seguro del papel que hago, me encanta dominarte, dominar la situación, controlar yo el polvo. Disfruto haciéndote sufrir cuando retardo el placer que esperas. Pero también sabes que disfruto de cada segundo de tu disfrute, de cada gemido que te arranco. Verte sonreír pícara me vuelve loco.

Pero también me encanta cuando a veces tomas la iniciativa, de repente me agarras la polla, deseándola, acaricias mis huevos sólo porque te estoy besando, muerdes mis pezones volviéndome loco mientras acaricio tus nalgas, cuando te tumbas sobre mi. Y eso me hace recapacitar sobre algo, sin que por un momento se te ocurra pensar que quiero abandonar mi papel dominante.

¿Y si hoy fuera yo el que está vendado y el que está atado? Tengo ganas de probarlo, sólo por tratar de ponerte en tu piel, por acariciar la sensación que tienes tú, y tratar de entenderla un poco, cuando te lo hago yo. No es para que se torne costumbre, sólo quiero probarlo. Quizás no me guste, pero estoy seguro de que tú vas a saber cambiar el papel momentáneamente sin ningún esfuerzo. Te aviso: no se te ocurra acostumbrarte, porque tengo muy claro el papel que me gusta hacer, pero quiero probar.

¿Y si hoy me hicieras sufrir tú un poco? No sé cómo debe de ser suplicarte tu coño, tu boca, los mimos a mi verga. ¿Cuál es la sensación? ¿Por qué te gusta tanto?

¿Y si hoy te acercaras sólo un poco a mi papel para dejarme entrever cómo es eso desde el otro lado? Ser tú la que mandes, y sentirme yo a tu merced, aunque ambos sepamos que no es realmente así. Quiero probarlo.

Sabes que me encanta traer cambios a nuestra relación, probar cosas nuevas, sorprender, y a veces ser sorprendio. Es una idea para esta noche, si al final se puede.

Tengo incluso alguna que otra fantasía al respecto. Estar atado en el coche, con los brazos en cruz, sin ver nada. Tú entre mis piernas, mamándomela hasta casi hacer que me corra, y entonces dejarla quita, sin tocarla siquiera, para ordenarme que te coma el coño que me estás poniendo en la boca. Que cuando mi polla esté en su momento más duro, mientras me cabalgas, por ejemplo, o te has puesto en cuatro de esta manera, y sientas que está bien dura, te la saques y la azotes.

Tener mi culo a tu disposición para que me hagas lo que quieras... 

Sí, ya lo sé. Sabes perfectamente que prefiero el sitio contrario, muy mucho. Pero, cariño..., ¿y si hoy jugáramos a esto?

Tengo que decirte algo, que no me puedo aguantar. Lo cierto es que esto pensando en el polvo de después, cuando te haga pagar todo lo que me hayas hecho, cada una de las cosas por las que hayas conseguido mi excitación, te la puedo hacer pagar con creces. ¿No crees que podría ser divertido?