jueves, 9 de septiembre de 2010

Fiebre del sábado noche

Confirmado. La casa es nuestra este sábado. Ahora sólo falta echar al inquilino habitual y a su novia. No creo que haya ningún problema. De hecho estoy seguro de que no lo habrá. Y es que es de justicia, que ya nos toca. No sabes las ganas que te tengo.

Igual es porque últimamente voy muy salido, no sé, pero en cualquier caso sigue siendo culpa tuya. Porque me pones, y lo sabes. Estar contigo en cualquier sitio me hace sentirme bien. Estar contigo en la cama, por decir algo, es tocar el cielo.

No sé cuántas veces habré pensado en este momento, desde que sé que tenemos la casa para nosotros, pero son varias cada día, te lo aseguro. No sé cómo va a ser, en la piscina, en el jardín, en la cocina, en el comedor..., a lo mejor incluso en la habitación. O incluso en todos. Ni siquiera sé si será en todos. Y no quiero ni hacerme ilusiones, pero sabes que me sobra imaginación para todos.


Por ejemplo esta tarde, mientras volvía a casa en el coche, tenía en mente un cuadro que me ha puesto a mil. Habíamos estado bañándonos en la piscina, y aprovechando que estábamos solos, por supuesto estábamos desnudos. Nos íbamos buscando para darnos todos los besos que nos faltan, y nuestras manos no se quedaban quietas. Habíamos llegado al punto en que incluso me habías cabalgado en los escalones. Estábamos los dos muy calientes.

En un momento dado te cojo de la mano y te llevo a las tumbonas, allí te ato las manos y te vendo los ojos; no quiero que sepas lo que voy a hacerte. Entonces te acaricio con las manos, desde tus hombros desciendo hasta tus tetas. Hace un poquito de aire, y mis dedos llegan a tus pezones, que están duros como piedras.

Los aprieto con los dedos, los acaricio, vuelvo a apretarlos, y resisto la tentación de lamerlos. Mis manos empiezan a deslizarse hacia abajo, y cuando llegan a tu ombligo abres tus piernas; sabes cuál es el objetivo, así que siguen deslizándose hacia tu coño, que ya imagino empapado de ti. Cuando llego empiezo a acariciarte entre los labios, buscando tu clítoris. Tú empiezas a gemir, y empiezo a penetrarte con los dedos.

La otra mano no se está quieta, y mis dedos han localizado tu puerta trasera, y la acarician. Sabes que en este punto estoy loco por hundir mi lengua en ti, pero aún no es el momento. Quiero verte disfrutar un poco más, así que sigo con mi maniobra, penetrándote con los dedos, acariciándote y frotándote el clítoris, y estimulando tu culo.

Pero he decidido que no quiero que llegues aún. Además, estás atada de manos, y vendada, estás a mi merced, y sé que estás disfrutando con ello. Pero entonces paro. A esas alturas estoy a mil, y lo sabes, así que abro una de tus manos y pongo mi verga en ella. Dejo que la acaricies como puedas, lo haces. Tratas de pajearme, pero la posición es incómoda.

Entonces se me ocurre que quiero jugar a otra cosa. Me pongo en posición, y entonces sientes que cojo tus tetas con las manos, me pongo sobre ti, y de repente notas mi polla entre tus tetas. Juego un poco de esa manera, la paseo por allí, te acaricio los pezones con ella, y entonces empiezo a subir. No ves nada porque sigues vendada, pero ya sabes lo que quiero en ese momento, a pesar de todo.

Mi polla llega a tu cara, la notas en los labios, la buscas, y entonces la atrapas con la boca. Tu lengua me arranca mi primer gemido. Empiezas a mamarla, te follo la boca mientras mis manos vuelven a descender hacia tu coño. Habías cerrado las piernas, pero las abro, y mis dedos vuelven a acariciarte ahí, frotando de nuevo  Ytu clítoris, pellizcándolo, golpeándolo, y follándote con ellos también por ahí.

Estamos los dos gimiendo, disfrutando del polvo como posesos. Entonces dejas de chuparme y me dices que no aguantas más, que quieres que te folle, que te la meta ya. Yo también lo estoy deseando, así que bajo y la coloco en la entrada de tu coño. Siento el calor y la humedad, y empujo con fuerza. Mis huevos tocan tu culo ya empapado y me quedo ahí un momento. Pero entonces empiezo el metesaca. Primero despacio, pero en seguida empiezo a hacerlo rápido. Esta vez voy a intentar que nos corramos lo más cerca posible, así que cuando noto que está cerca mi orgasmo paro, pero mis dedos siguen acariciándote el clítoris con mi verga dentro de ti, sin parar. Vuelvo a empezar, y entonces empiezas a jadear. Lo hago aún más fuerte, más rápido, y entonces me dices que te vas a correr, que estás a punto, y no me paro.

Cuando al fin llegas al orgasmo, aprovecho tu momento para sacarla. Yo también estoy listo, y entonces me acerco a tus tetas y descargo en ellas. Las lleno de leche, el pecho, los pezones, y termino yo también.

Entonces te beso mientras empiezo a desatarte, y a quitarte la venda. Empiezo a limpiarte, con suavidad, con mimo. Te vuelvo a besar y te agradezco que hayas vuelto a mi vida. Te quiero amor.

6 comentarios:

  1. Pues espera que estemos en la casa y verás lo que te hago... y lo que te dejo que me hagas.

    Mwahahaha!!!

    ResponderEliminar
  2. Después de nuestra charla de hoy, estoy más loco aún porque llegue el sábado...

    ResponderEliminar
  3. Ufff! cómo sube la temperatura al entrar aquí... Si ahora ya estás asi... ni imaginarme quiero lo que ocurrirá el sábado! jajaja... Solo espero que el inquilino no se haga el remolón y se vaya al cine con su novia a ver una sesión doble jiji
    Mil besitos nocturnos,

    ResponderEliminar
  4. Despues de leerte soy yo quie esta loca porque llegue el sabado y mas tardar nos lo cuentes el lunes.
    La cosa promete!!!!!!!!!!!
    Besazos y disfrutalo!!!!!!!!!!

    ResponderEliminar
  5. Virgen del amor hermoso!!! que calores!!! mola tu imaginación, pero molan más tus ganas.
    Bien contado ;)
    Un besito

    ResponderEliminar
  6. Julia: Te puedo garantizar que estuvo bien.
    AMOR: Lo que os vamos a contar es lo de los últimos días, prometo sesiones muy muy calientes.
    La niña mala: Pues no sabes lo que nos las tenemos que aguantar a veces, jajaja.

    ResponderEliminar

Related Posts with Thumbnails