miércoles, 9 de noviembre de 2011

No puedo esperar más

¿Por qué si me atrae tanto la idea de tenerte desnuda, vendada de ojos y atada o esposada, no lo hago nunca, muy pocas veces? No lo sé, así son las cosas. Lo imagino continuamente, en la ducha, en la cama por las noches, en el trabajo, ahora mientras escribo... Pero la cuestión es que no lo hago casi nunca, y hoy tampoco sé si voy a poder.

Lo he planeado muchas de las veces en las que luego hemos tenido un sexo espectacular, como el que tenemos siempre, original, bello, excitante... Hacemos el amor de tal manera que el mejor porno se nos queda pequeño, sin dejar de ser sexo. ¿Lo habré dicho al revés o es intencionado?

Tengo los grilletes en el maletero, junto a otros instrumentos que a veces nos divierten, y otras no tanto, pero ahí están. Y aún no les hemos dado uso. No voy a desperdiciar la siguiente ocasión. Te desnudarás para mi, te vendaré los ojos, y te esposaré a lo que pille, las asas del coche, las barras de los asientos..., da igual, lo que pille, pero semi-inmobilizada. 

Porque como yo te imagino es así, sonriendo, expectante. Sin saber lo que voy a hacerte, ni dónde, ni de qué manera.
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